Matrimonio de Maximiliano de Habsburgo y Carlota I de Bélgica

En los años de 1857 una pareja de alto mando político como lo era AustriaHungria y Bélgica, se presencio la boda del arquiduque Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica, quienes se casaron en el reino de Lombardía (Hoy Italia), dando esto que la princesa carlota se convirtiera en princesa del reino de AustriaHungria.

 Para ese año fue nombrado a Maximiliano como virrey del Reinado de Lombardo, así como fue su esposa, pero después de 2 años perdió el control del reinado de Lombardo, donde fue destituido por la población del pueblo.

Después de en el año de 1863 tras la toma de la capital mexicana por el imperio Frances, se le dio la invitación a Maximiliano de Habsburgo de ser emperador de México donde se le protegería con el ejercito Frances ya instalado haya en la capital de México. Maximiliano de Habsburgo no quería aceptar la invitación, ya que el quería que la gente de México lo invitara a el para ser su rey. Por eso el imperio Frances y los Conservadores crean cartas falsas donde decían que el pueblo mexicano lo aceptaba y que lo querían como Rey y Monarca de México. Cuando Maximiliano leyó las cartas enviadas por el imperio Frances, pensó que lo querían en México y se firmo el tratado de Miramar en Italia donde estaba el Napoleón III (Rey de Francia), Francisco José I de Austria (Hermano de Maximiliano) y el propio Maximiliano de Habsburgo, donde el tratado decía que '' Maximiliano renunciaba a cualquier puesto en Austria y se convertiría en Emperador de México''. Tras la llegada de Maximiliano y Carlota A México el 28 de mayo de 1864 en donde la pareja nunca se abandonaron cuando recibieron el trono.  

Cuando el ejercito francés se retiro de México, Carlota nunca se quiso separar de su esposo pero Maximiliano hizo que se la llevaran devuelta a Francia para pedir apoyo a Napoleón pero se lo negaron. Tras la muerte de Maximiliano en l867, Carlota entro en su locura total, ya que estaba diagnosticada por médicos de países extranjeros. El amor de Maximiliano y Carlota nunca se apago su llama de pasión.